TRATAMIENTOS ACTUALES DE CONN 2008 - 004 - HIPO

 


Hipo


Método de

Michael J. Pollack, MD.



El hipo es un fenómeno frecuente y suele ser benigno;  afecta, en algún momento, a casi todo el mundo. Se llama, también, "singultus", un término que proviene de una palabra latina que se refiere a la detención del aliento cuando se solloza. El hipo aparece cuando los músculos diafragma e intercostales se contraen juntos y, luego, la glotis se cierra abruptamente. El sonido del hipo se crea cuando se fuerza la inspiración y el aire forzado choca contra la glotis cerrada.  La mayor parte de los ataques desaparece sola, sin tratamiento. En ocasiones, el hipo es el único síntoma de una enfermedad general. El médico tendrá que saber cuándo tendrá que hacer un examen más extenso y cómo tratar al hipo, hasta cuando encuentre el problema causante del hipo y solucione ese problema.



Clasificación


Podemos clasificar al hipo, según cuánto dure, en pasajero, persistente o crónico. Si un ataque de hipo duró menos que un día, le llamaremos pasajero.  Ese tipo de acceso suele ser benigno y, a menudo, es un fenómeno normal. Si un ataque dura hasta un mes, le llamaremos persistente.  Si dura más que un mes, ése será crónico. Para que no nos enredemos mucho, hablaremos sobre un hipo pasajero y otro hipo crónico.  A través de sus vidas, casi todas las personas han padecido alguna forma de hipo.  La mayor parte de esos accesos es una molestia pasajera. Es muy raro que un hipo sea crónico; se ha calculado que su prevalencia se acerca a 1 en 100,000 personas, aunque puede llevar a efectos dañinos, como desnutrición, disminución de peso, fatiga y debilidad general.  Los pacientes que buscan atención por parte de un médico, debido a que tienen hipo, suelen ir porque el hipo ya lleva mucho tiempo. En los fetos, se ha detectado hipo, pero no se sabe si cumple alguna función. Los hipos crónicos afectan, con mayor frecuencia, a varones y los hipos pasajeros afectan igualmente a mujeres y a varones.



Mecanismos


Nadie sabe cuál es el mecanismo exacto para la producción de hipo. En el reflejo que lleva al hipo, se han descrito tres trayectos nerviosos : aferente (nervios frénicos y vagos), un centro regulador del hipo, mal identificado, que está en el tallo cerebral y eferente (nervios frénicos, vagos, cervicales y torácicos).  Se supone que el centro integrador del hipo ejecuta una interacción complicada entre el tallo cerebral, los centros reguladores de la respiración, los núcleos de los nervios frénicos, el centro activador reticular y el hipotálamo. En teoría, cualquier enfermedad en o cerca de cualquiera de esas áreas podría desencadenar al hipo.  Sabemos que la frecuencia de los hipos aumenta, si disminuye la presión de dióxido de carbono en las arterias y que disminuye, si la presión de dióxido de carbono aumenta en las arterias.  Una solución con la que se yugula al hipo, en el hogar y que consiste en que el paciente respire y sople hacia una bolsa de papel o de polietileno se basa en ese principio.



Causas


Las causas más frecuentes de hipos pasajeros suelen ser estómago muy distendido por aire (como en el curso de una endoscopía), comer demasiado, comer muy rápido o consumo de alcohol y de tabaco; esos accesos desaparecen, a menudo, solos, sin ningún tratamiento.  Otras causas benignas son cambios repentinos en la temperatura del ambiente o del estómago y de los intestinos, emociones intensas súbitas o sobrecarga emocional. Hay muchos factores que pueden provocar hipos crónicos (Tabla 1).  Las causas más frecuentes de hipos crónicos son afecciones a los nervios vagos o a los nervios frénicos. Entre los factores irritantes que pueden precipitar tales ataques, mencionaremos a cuerpos extraños que hacen contacto con el tímpano (rama auricular del nervio vago), faringitis, laringitis o tumores de cuello (afectan al nervio laríngeo recurrente, rama del nervio vago), masas que estén en el mediastino, abscesos subdiafragmáticos y reflujo gastro-esofágico (nervio frénico).


    Otras causas que provocan, hasta alguna parte, ataques de hipo pueden ser trastornos del sistema nervioso central, trastornos del metabolismo y factores psíquicos.  Entre los trastornos que afectan al sistema nervioso central, podemos mencionar a anormalidades en las estructuras, en los vasos sanguíneos e infecciones.  Entre los trastornos metabólicos y las intoxicaciones, mencionaremos a uremia, intoxicación por alcohol y uso de anestesia general. Hay factores psíquicos que pueden provocar hipos pasajeros o crónicos, como estrés, ansiedad e, incluso, enfermedades fingidas.



TABLA 1. Algunas Causas De Hipo Constante


Irritación A Nervios Frénicos O Vagos

Trastornos Del Sistema Nervioso Central

Intoxicaciones Trastornos Del Metabolismo

Operaciones

Drogas

Factores Psíquicos

Faringitis

Meningitis

Alcohol

Anestesia General

Barbituratos

Estrés

Laringitis

Encefalitis

Uremia

Intubación traqueal

Esteroideos

Emoción

Pneumonía

Accidente Vascular Cerebral

Hipoglucemia

Hiper- extensión de cuello

Benzodiacepinas

Enfermedad fingida

Esofagitis

Malformaciones de arterias y venas

Hiponatremia

Distensión de estómago

Metildopa

Conversión

Aneurisma de aorta

Abscesos en cerebro

Hipocalcemia

Manipulación de órganos



Tumores en Mediastino

Neoplasias

Septicemia




Pancreatitis

Traumatismos





Úlcera Péptica

Arteritis de la temporal





Abscesos sub-frénicos

Esclerosis múltiple





Infarto de miocardio

Hidrocefalia





Enfermedades de vesícula biliar

Atajos ventrículo- peritoneales





Distensión de estómago















Método Semiológico


El método para examinar a los pacientes con hipo dependerá de su duración.  Los hipos pasajeros son muy frecuentes y benignos y, en esos casos, no hay que hacer nada.  Sin embargo, si los hipos duran mucho tiempo, quizás, sean los únicos síntomas de un trastorno más extendido. Para que identifiquemos la causa de hipo crónico, debemos, ante todo, obtener una anamnesis completa y un examen físico integrado, nos concentraremos en duración, frecuencia, factores que yugulan a esos ataques y factores que los agravan.


    Entre las pruebas de laboratorio, pediremos, en primer lugar, hemograma completo, pruebas para función renal y medidas de todos los electrolitos. Si sospechamos que algo esté irritando a los nervios frénicos, una radiografía de tórax servirá.  Si sospechamos que el pericardio está afectado o que un marcapasos está funcionando mal, pediremos un electrocardiograma.  Si, en la radiografía de tórax y en el electrocardiograma, no encontramos nada orientador, los hallazgos en la anamnesis y en el examen físico nos orientarán para que pidamos otras pruebas, como tomografía asistida por ordenador, de cabeza, tórax y abdomen, punción lumbar, endoscopía de esófago y de estómago o broncoscopía.  Si necesitamos otras pruebas, apelaremos a imagen por resonancia magnética de cabeza, electro-encefalograma, pruebas para función pulmonar y manometría de esófago.



DIAGNÓSTICO ACTUAL

  • El hipo suele ser benigno y pasajero.

  • La clave para que comprendamos qué podría producir hipo es el arco reflejo que desencadena hipo y consta de segmentos aferentes y eferentes de los nervios frénicos y vagos y un centro regulador, no muy bien identificado, que se encuentra en el tallo cerebral.

  • Si el hipo dura mucho tiempo, tal vez, sea un síntoma de una enfermedad grave y, entonces, debemos estudiar todos sus aspectos.




Tratamiento


Como los hipos crónicos son, a menudo, signos de una enfermedad sistémica, lo más importante será tratar a esa causa. Por ejemplo, si la causa fuera enfermedad por reflujo gastro-esofágico, podríamos usar algún inhibidor de la bomba para protones o, si identificamos que hay una neoplasia, usaremos quimioterapia adecuada al caso.


    Si no se ha identificado la causa exacta y los hipos no cesan, habrá que tratar a ese síntoma o signo. Con tratamiento empírico, aliviaremos, quizás, a los hipos pasajeros, persistentes o crónicos, mientras seguimos tratando a las enfermedades básicas que provocaron esos accesos. No hay ningún consenso respecto a una sola forma ni a un solo medicamento como tratamiento preferido contra ataques de hipo.


    Los métodos para tratamiento pueden dividirse en farmacológicos y no farmacológicos (Tabla 3).  Entre los tratamientos sin drogas, mencionaremos a los remedios caseros antiguos y muy conocidos, como mantener el aliento, respirar hacia una bolsa de papel, tragar una cucharilla con azúcar, maniobra de Valsalva y hacer gárgaras con agua helada. Algunas de esas maniobras tienen una base funcional, porque tienden a interrumpir el trayecto del reflejo del hipo llevado por el nervio vago.


    Hay muchas drogas que sirven para tratar los hipos, aunque ninguna se ha puesto en prueba. La droga que se usa más a menudo es la cloropromacina (Thorazine), una fenotiacina que se emplea contra psicosis. Es la única droga que la Secretaría Para Alimentos Y Drogas de Estados Unidos ha autorizado como tratamiento contra el hipo.  La cloropromacina es una substancia que obra en el sistema nervioso central, pero nadie sabe cómo obra para que los hipos se yugulen.  En las salas para emergencias, suele darse por vena y se cree que es la forma más eficaz y la que se usa más.  Produce algunos efectos perniciosos, como hipotensión arterial, reacciones distónicas y modorra intensa.  Esos efectos no son muy frecuentes y suelen evitarse, si la droga se da lentamente.  Hay preparados que pueden darse por boca, que contienen 25 a 50 mg y puede tomarse tres a cuatro veces por día, mientras duren los hipos, mejor, durante siete a diez días.  Si, con cloropromacina, los síntomas no se alivian, podremos dar metoclopramida (Reglan)1, que es un anti-agonista de la dopamina y un promotor del intestino. No provoca tantas molestias, como la cloropromacina provoca, pero no funciona muy bien. Solemos dar 10 mg, tres veces cada día.  En unas cuantas presentaciones de casos, han informado un poco de éxito con Baclofeno (Kemstro)1, un análogo del ácido  gama- aminobutírico y no produce tantas molestias como los otros remedios provocan. Podemos dar 10 mg, tres veces por día. Hay informes sobre muchas otras drogas con las que habrían yugulado a los ataques incontrolables de hipo, como medicamentos anti-epilépticos, antidepresivos y otros que obran en el sistema nervioso central. Si no sirve ninguno de esos tratamientos, podemos apelar a formas no convencionales y hasta a operaciones, que pueden funcionar. Han ensayado con hipnotismo y acupuntura y han informado que han tenido mucho éxito. Han tenido éxito, también, con inhibición y lisis del nervio frénico. Por último, si el hipo no mejora con nada, podemos implantar un "marca pasos" en el diafragma.


    En resumen, los hipos son unas molestias que casi todo el mundo sufre, en algún momento. Como desaparecen solos, a menudo, no hay que hacer nada. En algunos casos, el hipo se hace crónico y, tal vez, sea el único síntoma de una enfermedad más grave. Para resolver el problema, el método mejor es buscar y tratar al problema básico y la instauración de muchos métodos con los que podemos solucionar el hipo.



TABLA 2. Tratamientos Contra Hipos Persistentes, Basados En Fármacos.


Anti- psicóticos

Anti-

Epilépticos

Relajantes de los músculos

Anti-agonistas de Dopamina

Anti- depresivos

Cloropromacina (Thorazine)

Fenitoína (Dilantin)1

Baclofeno (Kemstrol)1

Metoclopramida (Reglan)1

Amitriptilina (Elavil)1

Haloperidol (Haldol)1

Carbamacepina (Tegretol)1

Ciclobenzaprina (Flexeril)1




Gabapentina (Neurontin)1




1.    La Secretaría Para Alimentos Y Drogas, De Estados Unidos, no ha autorizado que se usen contra hipos.



TABLA 3. Remedios Caseros Contra Hipo.


Aguantar el aliento

Jalar la lengua forzadamente

Estimulación directa a la faringe

Morder un limón

Maniobra de Valsalva

Gárgaras con agua helada

Tragar azúcar

Un susto

Respirar en una bolsa

Friccionar la parte posterior del cuello (dermatoma C5)



TRATAMIENTO ACTUAL

  • La mayor parte de los hipos pasajeros desaparece sola.

  • Se puede usar varios métodos con drogas y sin drogas contra hipos crónicos.

  • Aunque es importante controlar ese síntoma, lo más importante es que se investigue y que se trate su causa.




REFERENCIAS


  1. Friedman NL : Hiccups : A Treatment Review. Pharmacotherapy 1996;16:986-995.

  2. Kolodzik PW, Eilers MA : Hiccups : Review And Approach To Management. Ann Emerg Med 1991;20:565-573.

  3. Lewis JH : Hiccups : Causes And Cures. J Clin Gastroenterol 1985;7:539-552.

  4. Rousseau P : Hiccups. South Med J 1995;88:175-181.

  5. Souadjian J, Cain J : Intractable Hiccups : Etiological Factors In 220 Cases. Postgrad Med 1968;43:72-77.









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