EFECTOS DE LA MEDITACIÓN SOBRE EL CEREBRO


(MÁS) JOVEN, SIEMPRE: EFECTOS DE LA MEDITACIÓN, DURANTE MUCHO TIEMPO, SOBRE LA ATROFIA DE LA SUBSTANCIA COLOR PLOMO DEL CEREBRO, QUE VENCEN, QUIZÁS, AL TIEMPO

Eileen Luders1, Nicolas Cherbuin2 Y Florian Kurth1

1 Departamento De Neurología, Facultad De Medicina, Universidad De California, Los Ángeles, Los Ángeles, California, Estados Unidos De América Del Norte.

2 Centro Para Investigación Sobre Salud Y Bienestar Durante El Envejecimiento, Universidad Estatal De Australia, Camberra, Australia.

Miércoles, 21 de Enero de 2 015


1.  RESUMEN

Aunque la esperanza de vida está aumentando, el cerebro del hombre no ha dejado de comenzar a deteriorarse, después de las dos décadas primeras de su vida y sigue degradándose más, en la medida en que envejece. Luego, debemos descubrir técnicas para que el efecto negativo del envejecimiento sobre el cerebro disminuya. Según las investigaciones escasas que existen, parece que la meditación es una perspectiva atrayente, en la búsqueda de un remedio al alcance de todos, barato y útil.

  Los autores de esa investigación volvieron a analizar a una muestra grande (cien personas) de personas que meditaron durante mucho tiempo y personas que nunca habían meditado, con edades comprendidas entre veinticuatro y setenta y siete años.

Cuando hicieron correlaciones entre toda la substancia ploma y partes de la substancia ploma, con las edades, vieron que esas correlaciones eran negativas en los dos grupos y que parece que el cerebro se deteriora con el transcurso del tiempo, pero las pendientes de las líneas de regresión eran más paradas y los coeficientes de regresión eran mayores en quienes no meditaban y las regiones de sus cerebros afectadas por el envejecimiento estaban mucho más extendidas. Han sugerido, en conjunto, que la atrofia de la substancia ploma, con la edad mayor, es menor en una persona que ha meditado por mucho tiempo.


2.  RELATO

Han visto, en una investigación reciente sobre el cerebro, que la atrofia de la substancia con color plomo, que se achaca a la vejez, es menor, tal vez, después de muchos años de meditación.

La esperanza de vida ha aumentado, enormemente, desde 1970 y las personas suelen vivir diez años más que antes. Noticia buena, claro.

La noticia ya no tan buena es que, a partir de veinticinco a treinta años de edad, el cerebro comienza a encogerse, es decir que su peso y su volumen comienzan a disminuir. Mientras eso ocurre, algunas de las funciones del cerebro menguarán, tal vez.

Luego, aunque las personas vivan, quizás, más tiempo, los años que se añaden a sus vidas se acompañan, a menudo, con riesgos mayores para enfermedades mentales y degeneraciones del sistema nervioso. Menos mal que, en acuerdo con ese estudio, que lanzaron hace poco tiempo, parece que la meditación es una forma de reducir esos riesgos.

Unos investigadores de la Universidad De California, en Los Ángeles, habían hallado, ya, que la substancia blanca de unas personas quienes meditaban se atrofiaba menos con el paso del tiempo y, para completar esa investigación, hallaron que, según parece, la meditación ayuda para que la substancia ploma, es decir, el tejido que contiene neuronas se conserve.

Se concentraron, entonces, en el vínculo entre substancia ploma y envejecimiento. Compararon a cincuenta personas quienes habían meditado durante muchos años, con cincuenta personas quienes nunca habían meditado. La cantidad de substancia ploma disminuía, en ambos grupos, en la medida en que envejecían. Pero esos investigadores constataron que la merma del volumen de la substancia ploma no era tan pronunciada, en quienes meditaban, como lo era en quienes no meditaban.

Han lanzado ese estudio en la edición electrónica de la revista "Frontiers In Psychology".

Florian Kurth, uno de los autores de ese estudio, miembro del Centro Para Cartografía Del Cerebro, dijo que la diferencia era tan grande, que los investigadores se pasmaron.

Él dijo: "nosotros creíamos que iríamos a encontrar algunos efectos despreciables, más bien, en algunas regiones del cerebro que sabemos que se afectan con la meditación. Lo que observamos fue que la meditación ejerce, en cambio, un efecto amplio, en todas las regiones del cerebro".

Como la cantidad de personas más viejas sigue aumentando, la incidencia de deterioro de las facultades mentales y de las demencias ha aumentado muchísimo, porque los cerebros siguen, también, envejeciendo.

Eileen Lunders, autora principal de ese artículo y catedrática auxiliar de neurología, en la Facultad De Medicina David Geffen, de la Universidad De California, en Los Ángeles, dijo: "parece que debemos, por tanto, rescatar la idea acerca de que unas esperanzas de vida más largas no tienen por qué acompañarse con unas calidades de vida menores. Aunque casi todas las investigaciones se han dedicado a buscar factores que aumenten los riesgos para enfermedades mentales y degeneraciones del sistema nervioso, se ha prestado muy poca atención a las medidas que podrían mejorar la salud de los cerebros".

Cada grupo de ese estudio estaba compuesto por veintiocho varones y veintidós mujeres, con edades comprendidas entre veinticuatro y setenta y siete años. Quienes meditaban habían estado haciéndolo durante cuatro a cuarenta y seis años, con un promedio de veinte años de ejercicio.

Exploraron a los cerebros de las personas inscritas, con resonancia magnética con resolución mayor. Aunque esos investigadores hallaron una correlación negativa entre el volumen de la substancia ploma y el envejecimiento, en los dos grupos de personas - que señala que la cantidad de tejido del cerebro disminuye con el aumento de la edad -, parecía que áreas extensas de substancia ploma se conservaban mejor en las personas que meditaban.


Imágenes de cerebros de personas que meditan (abajo) y de personas que no meditan (arriba), obtenidas con resonancia magnética con resolución mayor. Las proporciones de las áreas de los cerebros afectados por el envejecimiento (con color rojo) son menores y abarcan menos, en las personas que meditan, que en las personas que no meditan.


Esos autores advirtieron que ellos no pudieron establecer una conexión directa entre causa y efecto, entre la meditación y la conservación de la substancia ploma del cerebro. Muchos factores entran, tal vez, en acción, como hábitos, rasgos de personalidad y genes diferentes en esos cerebros.

Eileen Lunders dijo: "nuestros resultados no dejan de ser prometedores. Ojalá que estimulen para que otros investigadores exploren la posibilidad de que la meditación ayude para que nuestros cerebros y nuestras mentes se conserven mejor. Mientas las evidencias científicas sobre los efectos de la meditación sobre los cerebros se acumulen, podremos, por último, traducir la investigación en la práctica, no sólo en el ámbito del envejecimiento sano, sino, además, en el ámbito del envejecimiento enfermizo".


3.     REFERENCIA


Comentarios

Lili ha dicho que…
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Excelente!!!!!!!!!!!!

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