Islitas 001




TRANSFORMAR A LOS PULMONES, PARA TRATAR A TIPO UNO DE DIABETES MELLITUS


Miércoles, 6 de Febrero de 2019


1. RESUMEN

Han dado un uso nuevo a los tejidos de los pulmones, mediante ingeniería para tejidos, para transplantar islitas.


2. RELATO


Las células que fabrican insulina desaparecen de los pacientes con tipo uno de diabetes mellitus. La solución ideal sería transplantar las islitas que producen insulina, para que fabriquen insulina, según las necesidades de cada persona, en lugar de que esa persona tenga que inyectarse insulina en toda su vida, pero la eficiencia y la duración de ese método están limitadas, aún, porque las islitas transplantadas no tienen una dotación cabal de sangre y no suelen "prender", a menudo. Citro y sus colegas crearon, mediante ingeniería de tejidos, unos órganos como las islitas; ellos emplearon tejidos de pulmones transformados, con objeto de obtener un desempeño mejor para el transplante de esa islitas.

Para comenzar, esos autores hallaron un parecido asombroso entre los lechos vasculares de los pulmones y los lechos vasculares del páncreas. Las moléculas que componen las bases de ambos tejidos se parecen entre ellas y los pulmones poseen muchas proteínas esenciales que pueden fomentar a las funciones y a la sobrevida de esas islitas. Esos autores eliminaron a todas las células de los pulmones y usaron la trama que quedaba, con la cual formaron conductos para sangre. Llenaron, luego, a los alveolos, con islitas, a través de los conductos para aire, sin destrozar esa estructura. Ellos mejoraron un medio que sirvió como apoyo para que esas islitas sobrevivieran, para que los canales sanguíneos no se desintegraran y para que esas islitas produjeran insulina, después de que estuvieron en cultivo, por mucho tiempo. Después de que ese cultivo se mantuvo durante mucho tiempo, un lecho vascular contínuo se formó entre el estroma del pulmón y las islitas.

Esos investigadores vieron que ese órgano artificial reaccionaba, frente a concentraciones grandes (pero normales, aún) de glucosa, con una liberación normal de insulina, in vitro. Esos órganos artificiales maduros producían más insulina que esos mismos órganos inmaduros y que las islitas en cultivo. Esas islitas artificiales pudieron arreglarse, además, frente a cantidades mucho mayores de glucosa, en un solo día, sin ninguna merma de su desempeño. Esos autores transplantaron, luego, esos órganos, a ratas con diabetes mellitus. Cuando compararon los desempeños de esos órganos, con las islitas más habituales, ese órgano islita con riego sanguíneo asegurado liberó más insulina y la cantidad de glucosa en sangre disminuyó más rápido. Sometieron, durante una hora, a ese órgano artificial, directamente, a la presión arterial de la sangre y vieron que la estructura y la irrigación se mantenían intactas.

Esos investigadores transplantaron, luego, esas islitas bajo las pieles de ratones con diabetes mellitus, con el fin de ver si funcionaban bien durante mucho tiempo. Esas islitas con red de capilares seguían superando a los procedimientos típicos y mejorados de transplantes, en forma que no necesitaron añadir más insulina, luego de los transplantes y vieron que la diabetes había desaparecido, en noventa y dos por ciento de esos ratones, mientras que la diabetes mejoró en cero por ciento y en cuarenta por ciento de los otros grupos. La irrigación sanguínea, en esos órganos, seguía estando mejor que en los otros implantes, después de un mes.

Citro y sus colaboradores demostraron que podían obtener una ingeniería de un tejido, prometedora, en circunstancias de la vida real, aunque tendrán que seguir valorando la función y la reacción inmune, después de mucho tiempo y ese método nuevo para transplantar islitas podría brindar esperanza renovada a los pacientes con tipo uno de diabetes mellitus.







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