SAGA SOBRE EL DESCUBRIMIENTO DEL GEN QUE CODIFICA A LA PROTEÍNA TIPO DOS DE HOMÓLOGO DE GRADIENTE ANTERIOR


EL TRÁFICO DE SEÑAS A TRAVÉS DEL RECEPTOR PARA FACTOR DE CRECIMIENTO DE LA EPIDERMIS NECESITA UNA TÍO REDOXINA DEL RETÍCULO ENDOPLÁSMICO PARA EL CONTROL POST TRADUCCIÓN DE LA PRESENTACIÓN DE ESE RECEPTOR SOBRE LA MEMBRANA CELULAR

Lunes, 9 de Febrero de 2 015




1. ANTECEDENTE

Muchos tipos de células de cánceres mantienen sus propiedades malignas, cuando el tipo dos de homólogo de gradiente anterior se expresa.


2. RESULTADOS

La proteína tipo dos de homólogo de gradiente anterior funciona como una tío redoxina del retículo endoplásmico, que regula a la presentación del receptor para factor de crecimiento de la epidermis ante la membrana plasmática.


3. CONCLUSIÓN

La proteína tipo dos de homólogo de gradiente anterior controla al tráfico de mensajes a través del receptor para factor de crecimiento de la epidermis.


4. IMPORTANCIA

La proteína tipo dos de homólogo de gradiente anterior es una forma nueva de regulador para la transducción de señales y un destino para tratamiento contra cánceres que crecen gracias a receptor para factor de crecimiento de la epidermis.


5. RESUMEN

El receptor para factor de crecimiento de la epidermis es una cinasa para tirosina de receptor sumamente conocida, que funciona durante el desarrollo y que desempeña una labor vital en muchos tipos de cánceres que afectan a los seres humanos. Los investigadores se han ocupado, sobre todo, de cómo el receptor para factor de crecimiento de la epidermis está regulado y, por eso, han buscado métodos dirigidos a las interacciones entre ligandos y receptor y a las acciones de la cinasa para tirosina.

Los autores del artículo presente han mostrado que el receptor para factor de crecimiento de la epidermis se pega al homólogo segundo de gradiente anterior, en el retículo endoplásmico y, así, puede migrar hasta la membrana plasmática y, sólo entonces, el receptor para factor de crecimiento de la epidermis puede recibir las señas, en células de cánceres de pulmón NCI-H460 y de cánceres epidermoideos A431 de hombres. Si la cantidad de homólogo dos de gradiente anterior disminuye o si una mutación provoca substitución de una molécula de cisteína esencial en el sito activo, la cantidad de receptores para factor de crecimiento de la epidermis disminuirá, en la membrana celular y la cantidad de mediadores de esas señas disminuirá, también. Como han descrito que, si ese receptor para factor de crecimiento de la epidermis no existe, los embriones mueren, lo mismo pasa si el tipo dos de homólogo de gradiente anterior falta. Como el tipo dos de homólogo de gradiente anterior regula al tráfico de información a través del receptor para factor de crecimiento de la epidermis, la expresión de tipo dos de homólogo de gradiente anterior está aumentada, también, en muchos tipos de cánceres que los hombres padecen y estimula la transformación maligna del fenotipo. Además, el tráfico de mensajes a través de receptor para factor de crecimiento de la epidermis, en las células NCI-H460, a las cuales el inhibidor de cinasa para tirosina AG1478 no les hace nada, se desbarata, cuando la producción de tipo dos de homólogo de gradiente anterior mengua.

      Esos resultados nos ayudarán para que entendamos mejor por qué el pronóstico de algunos cánceres y sus respuestas frente a los tratamientos no se correlacionan, a menudo, con la cantidad de proteína receptora para factor de crecimiento de la epidermis ni con la cantidad de ácido ribo nucleico para ese receptor, porque no indican si ese receptor llega a la membrana plasmática, donde el envío de las señales comienza. La proteína tipo dos de homólogo de gradiente anterior es, por tanto, una proteína recién descrita que regula la transmisión de mensajes a través del receptor para factor de crecimiento de la epidermis, después de su traducción y es un objeto prometedor para el tratamiento contra varios tipos de cánceres que afectan a los hombres.


6. SAGA: UNOS CIENTÍFICOS DESCUBRIERON UNA FUNCIÓN NUEVA DE UNA PROTEÍNA, EN VARIOS TIPOS DE CÁNCERES

Una proteína, que habían descubierto en cánceres de páncreas, servirá, tal vez, como base para algún tratamiento nuevo que funcionará, quizás, contra muchos tipos de cánceres distintos, pero el viaje desde el descubrimiento de esa proteína, hasta la síntesis de algún medicamento nuevo ha precisado algunos conocimientos sobre química.

En el año 2007, Anson Lowe, catedrático adjunto de medicina, estaba trabajando con Patrick O. Brown, quien era, entonces, catedrático de bioquímica; buscaban genes que produjeran tumores de páncreas. Anson Lowe estaba consternado por la falta de tratamientos útiles para las personas con cánceres de páncreas y tenía esperanza en que, si encontraba a genes que obraran sobre esos tumores, él podría ayudar a la creación de medicamentos que impidieran que esos genes actuaran y que frenaran a la reproducción de esos cánceres.

En su experimento primero, ellos hallaron a un gen que actuaba, a menudo, en células obtenidas a partir de tumores de páncreas, pero que no obraban en tejidos de páncreas normales. Ellos y otros investigadores vieron, después, que ese mismo gen funcionaba en tumores de mamas, de ovarios, de próstatas y en muchos otros tumores.

Anson Lowe dijo: "ese gen estaba, indudablemente, presente en muchos cánceres distintos, que afectan a los hombres; probablemente, en cerca de setenta a ochenta por ciento de los tumores sólidos de los hombres".

Cualquier fármaco que él creara, sobre la base de ese descubrimiento en tumores de páncreas, funcionaría, tal vez, en todos esos otros cánceres.

Anson Lowe dijo: "ojalá que éste sea un ejemplo de algo que podamos llevar hasta todas las personas".

Resultó que el gen que Anson Lowe y sus colaboradores habían descubierto fabrica una proteína llamada tipo dos de homólogo de gradiente anterior. Los científicos sabían, muy bien, que esa proteína tipo dos de homólogo de gradiente anterior obra en el desarrollo de los embriones y, además, en la curación de las heridas.

Esos investigadores sacaron ese homólogo dos de gradiente anterior de las células de esos cánceres, en placas de Petri y esas células, sin esa proteína, dejaron de reproducirse. Anson Lowe se hizo, entonces, dos preguntas importantes: ¿qué hace, exactamente, el tipo dos de homólogo de gradiente anterior, en las células de esos cánceres? y ¿podríamos crear algún medicamento que impidiera que esa proteína estimulara a la reproducción de esa células, en las personas?.


7. RESPUESTA PRIMERA

Anson Lowe y su equipo lanzaron, en la semana pasada, un artículo que apareció en la revista "The Journal Of Biological Chemistry", en el que respondieron a la primera pregunta. Ellos vieron que el tipo dos de homólogo de gradiente anterior sirve como guardaespaldas para una molécula conocidísima en los cánceres, llamada receptor para factor de crecimiento de la epidermis, que suele existir en las membranas de las células malignas. Ese receptor para factor de crecimiento de la epidermis reacciona frente a estímulos del ambiente e incentiva a esas células malignas para que sigan creciendo y reproduciéndose. Muchos tratamientos contra cánceres anulan a la acción de ese receptor para factor de crecimiento de la epidermis y de otras moléculas emparentadas e impiden que esos tumores sigan creciendo. Si el tipo dos de homólogo de gradiente anterior acompaña y conduce al receptor para factor de crecimiento de la epidermis, es lógico suponer que tendría alguna función importante en el crecimiento de esos cánceres.

Anson Lowe dijo: "nosotros estábamos emocionados, por un lado, cuando nos percatamos de que habíamos achuntado, pero ése no era nuestro campo". Así que, ese equipo tuvo que ponerse pilas rápido, para ponerse al tanto de los más que veintisiete mil artículos publicados, en los que habían descrito la función del receptor para factor de crecimiento de la epidermis en los cánceres.

Lo más frecuente era que, en esos artículos, se ocupaban de la función de esa proteína sobre las membranas de las células, pero todas las proteínas de las membranas dan varias vueltas y se proyectan en las caras externas, a través de una red de túbulos, parecida a un laberinto, dentro de la célula, llamada retículo endoplásmico. Otras proteínas cuidan y preparan, dentro de ese retículo endoplásmico, a otras proteínas que tendrán que ir a vivir en la membrana de una célula.

Anson Lowe y su equipo, que cuenta con Awen Dens, investigador asociado y Dariusz Wodziak, auxiliar de investigación, vieron que el homólogo segundo de gradiente anterior se encarga de preparar al receptor para factor de crecimiento de la epidermis, para que viaje hasta la membrana celular. Cuando la proteína tipo dos de homólogo de gradiente anterior desaparece del retículo endoplásmico, como ocurre en la mayor parte de las células normales, ese receptor para factor de crecimiento de la epidermis no llega nunca a la membrana de la célula y no puede pegarse a las señas de los cánceres. Si el tipo dos de homólogo de gradiente anterior siguiera existiendo cuando no corresponda, como sucede en esos tumores, el receptor para factor de crecimiento de la epidermis seguiría viajando hasta la membrana de una célula y el tumor seguiría creciendo y multiplicándose.

Anson Lowe supuso que, si él pudiera fabricar algún medicamento que impidiera que el tipo dos de homólogo de gradiente anterior hiciera su labor, entonces, el receptor para el factor de crecimiento de la epidermis se quedaría pegado y trabado en el retículo endoplásmico (en donde se destruiría, en cualquier momento) y no estaría disponible para estimular a una célula transformada, para que siga multiplicándose.


8. EL ARTE DE FABRICAR UN FÁRMACO

Cuando Anson Lowe descubrió lo que el tipo dos de homólogo de gradiente anterior hace, se ocupó de la segunda pregunta, la de si algún medicamento pudiera trabar la acción del homólogo segundo de gradiente anterior. Muchos cuentos acerca de investigaciones sobre medicamentos terminan con la promesa de que, en el futuro, hallarán algunos medicamentos, pero la mayor parte de los biólogos carece de la capacidad y de los medios para fabricar fármacos.

Anson Lowe llevó su idea a unas fábricas de medicamentos, donde son capaces de fabricar drogas, pero los diestros de esas fábricas se negaron a erogar recursos, hasta cuando él tuviera más datos que justificaran que ellos invirtieran en un fármaco y, entonces, otras tantas dudas salieron a flote: algún medicamento ¿puede llegar hasta las proteínas que están dentro del retículo endoplásmico?, tal fármaco ¿podría anular al tipo dos de homólogo de gradiente anterior y a nada más?, ¿dañaría a otras proteínas, parientes cercanos, vitales para las células normales?. Ellos querían tener una respuesta, primero, antes de que se lanzaran a ese proyecto.

Chaitan Khosta, director de ChEM-H, de Stanford y catedrático de química apareció, entonces, en ese cuento. Cuando él inauguró ChEM-H, en 2013, como un instituto nuevo y con varias disciplinas, sobre el campus, quería llevar la erudición de los químicos a los problemas de salud de los hombres. Él inauguró un programa para química aplicada a la medicina, dentro de ChEM-H y contrató a Mark Smith, quien lleva más que diez años dedicado a crear medicamentos, en Roche, para que dirigiera ese programa.

Anson Lowe dijo: "ese programa para química aplicada a medicina ha llenado un hueco que teníamos en Stanford".

Él llamó arte al hecho de crear un medicamento nuevo. Nosotros estamos tan acostumbrados a tomar tabletas para dolores de cabeza, alergias e infecciones, que olvidamos que es muy asombroso que cualquier fármaco produzca resultados.

La substancia química que existe en esa tableta que alguien traga tiene que sobrevivir frente al caldo ácido que bulle en su estómago y frente a las encimas que la digerirían, que reducen a los asados y a las papas a partículas diminutas. Cuando cualquier medicamento posible llegue a su circulación, tendrá que aguantar que su hígado trate de quitarle lo tóxico y, si venciera esa prueba más, entonces, tendría que llegar hasta la célula correcta y - la parte más difícil - tendrá que funcionar, realmente.

Mark Smith dijo que esos investigadores están en las etapas primeras para hallar un medicamento que trabará la acción de la proteína homólogo segundo de gradiente anterior. "Queremos estar bien seguros de que crearemos un compuesto poderoso y que se pegue sólo en el tipo dos de homólogo de gradiente anterior y que pueda darse por boca":

Anson Lowe dijo que, si él y Mark Smith lograran hallar un fármaco adecuado, otros recursos existen en Stanford, que le ayudarán para que siga adelante, hacia la etapa siguiente. Por ejemplo, SPARK, dirigido por Daría Mochly Reene, catedrática George D. Smith de conversión de investigación básica en práctica en clínica, ayuda para que los catedráticos lleven medicamentos en ciernes hasta tratamientos para todas las personas.

La etapa última - ayudar a las personas - llevó a que Anson Lowe comenzara esa investigación, hace casi una década.


9.     REFERENCIA







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