Daños Causados Por Medicamentos Que Inhiben A Extractor De Protones 001




ANÁLISIS, DESPUÉS DE QUE SE LANZARON AL COMERCIO, DE LOS DATOS SOBRE INOCUIDAD DE LAS DROGAS QUE INHIBEN AL SURTIDOR DE PROTONES MOSTRÓ QUE PROVOCAN UNA PROPENSIÓN MAYOR A DAÑOS A LOS RIÑONES, A TRASTORNOS DE LOS ELECTROLITOS Y A NEFROLITIASIS

Martes, 19 de Febrero de 2019


1. RESUMEN

Recetan y venden fármacos que inhiben al extractor de protones, en todo el mundo. Aunque se pretendía, en el principio, que se emplearían por poco tiempo, para tratar a trastornos agudos, como úlceras gástricas y esofagitis, esos medicamentos que inhiben a la "bomba" de protones se dan, ahora, a menudo, para que tomen mucho más tiempo y se cree que son tan inocuos, que pueden comprarse sin recetas. En estudios más frescos, han visto que hay algunas asociaciones entre el empleo de esos medicamentos que inhiben a ese extractor de protones y daños agudos a los riñones, enfermedades crónicas de los riñones, enfermedades terminales de los riñones y anormalidades de los electrolitos. Como el interés sobre las reacciones indeseables graves frente a las drogas no deja de aumentar, es menester que sopesemos los datos de la vigilancia, una vez que se hayan lanzado al consumo masivo. Nosotros brindamos, en este estudio realizado sobre más que diez millones de registros del Sistema De Comunicación De Hechos Peligrosos, de la Secretaría Para Alimentos Y Medicamentos, de Estados Unidos, pruebas de que una cantidad alarmante de pacientes que ingieren esos fármacos que inhiben a ese surtidor de protones sufre daños en sus riñones y desequilibrios de sus electrolitos. Nosotros hemos examinado, además, las diferencias entre fármacos inhibidores del extractor de protones diferentes y las anormalidades graves que observaron en los riñones y en los electrólitos, para cada una de esas drogas.

2. PRESENTACIÓN

La Organización Mundial De La Salud ha puesto a las drogas que inhiben al surtidor de protones en su lista de medicamentos esenciales y de productos para la salud. Los fármacos que inhiben al extractor de protones son más eficaces que los anti agonistas del tipo dos de receptores para histamina (H2), para tratar a los trastornos causados por el ácido del estómago y ocupan, ahora, el lugar que esos anti agonistas del tipo dos de receptores para histamina solían ocupar.Las indicaciones actuales son : tratamientos contra enfermedad por reflujo gastro esofágico, úlceras producidas por medicamentos desinflamantes no esteroideos y por Helicobacter pylori, úlceras duodenales, esofagitis con erosiones y otros trastornos con hipersecreción anormal de ácido, como síndrome de Zollinger y Ellison y son, ahora, los medicamentos que se utilizan más ampliamente. Se atribuye su eficacia mayor a la forma cómo actúan. Todos los fármacos inhibidores del extractor de protones, que existen, actualmente, en el mercado, inhiben a la trifosfato de adenosinasa para iones hidrógeno y potasio, irreversiblemente y evitan que las células parietales del estómago lleven a cabo la fase final y limitante de velocidad de la secreción de ácido. Contamos, ahora, con seis drogas inhibidoras de la bomba de protones, que la Secretaría Para Alimentos Y Medicamentos, de Estados Unidos, ha aprobado : dexlansoprazol, esomeprazol, lansoprazol, omeprazol, pantoprazol y rabeprazol. Fabricaron esos medicamentos uno por uno, a partir de las variaciones de los parámetros de farmacocinética, como duración media en plasma mayor, vías para administración e interacciones con otros medicamentos. Las reacciones no deseables más frecuentes del uso de fármacos que inhiben al surtidor de protones son : cefaleas leves, náuseas, dolores de barriga, diarrea, vómitos y evacuación de gases. Provocan reacciones alérgicas graves, como sarpullidos, edema de cara, sensación de opresión en garganta y dificultad para respirar. Se supone que esos fármacos que inhiben al extractor de protones son, generalmente, inocuos y se emplean, a menudo, para "profilaxia" y se venden sin recetas, en la mayor parte de los países industrializados, como Estados Unidos y las ventas de esas drogas, con recetas y sin recetas han llegado a más que catorce mil millones de dólares por año.




El empleo de esos medicamentos que inhiben a esa "bomba" de protones está, ahora, en la mira, gracias a las pruebas, cada vez mayores, sobre efectos dañinos sobre los riñones, los corazones, sobre trastornos autoinmunes y sobre el sistema nervioso. Los datos nuevos han descubierto que pueden provocar infartos de miocardio, diarrea causada por Clostridium difficile, pneumonías contraídas en las calles, fracturas de huesos, lupus eritematoso cutáneo subagudo, tipo de Alzheimer de demencia y daños a los riñones. Los autores de este estudio calcularon las frecuencias de daños a los riñones y a los electrolitos, que informaron pacientes que están ingiriendo esas drogas que inhiben al surtidor de protones. Han comparado, también, las magnitudes de esos efectos para cada una de esas drogas que inhiben al extractor de protones.


3. RIESGO MAYOR DE ENFERMEDADES DE LOS RIÑONES CON MEDICAMENTOS USADOS, A MENUDO, CONTRA REFLUJO DE ÁCIDO


Las drogas que inhiben al surtidor de protones, como dexlansoprazol, esomeprazol, lansoprazol, omeprazol, pantoprazol y rabeprazol, están entre los medicamentos que se recetan más, en todo el mundo. Casi diez por ciento de todas las personas adultas de Estados Unidos toman esas drogas, contra pirosis retroesternales frecuentes, reflujos de ácido desde el estómago y enfermedad por reflujo gastroesofágico. Como consumen tanta cantidad de esas drogas, unos investigadores de Facultad De Farmacia Skaggs y de Farmacología, de la Universidad De California San Diego recabaron la base de datos del Sistema Para Información Sobre Efectos Dañinos, de la Secretaría Para Alimentos Y Medicamentos, de Estados Unidos, en donde buscaron daños inesperados por el consumo de medicamentos inhibidores de la bomba de protones.

Publicaron ese estudio, en la revista "Nature Scientific Reports", en Martes, 19 de Febrero de 2019, en el que hallaron que las enfermedades de los riñones eran más probables en pacientes quienes consumían fármacos que inhiben al surtidor de protones, que en quienes consumían fármacos anti agonistas del tipo dos de receptores para histamina, otra forma de medicamentos anti ácidos, que se usan para tratar los mismos padecimientos, como famotidina y ranitidina.

Ruben Abagayan, catedrático de farmacia, dijo : "esos datos, que la Secretaría Para Alimentos Y Medicamentos, de Estados Unidos, ha recabado, después de que se lanzaron al comercio y que ha depositado en esa base de datos, nos han permitido que busquemos efectos dañinos posibles, que no se hayan detectado en los ensayos clínicos, que no han durado, seguramente, mucho tiempo ni han incluido tanta diversidad, como la que el Sistema Para Información Sobre Efectos Dañinos ha incluido".

Ruben Abagyan dirigió ese estudio, con los estudiantes de farmacia Tigran Makunts e Isaac Cohen y con Linda Awdishu, catedrática asociada de clínica y jefe de la División De Farmacia Clínica, todos de la Facultad De Farmacia Skaggs.

Esa base de datos contiene registros de más que diez millones de pacientes; todos esos pacientes informan, voluntariamente, sobre efectos indeseables, mientras toman un medicamento. Los investigadores de ese equipo se avocaron a pacientes quienes consumían drogas inhibidoras del extractor de protones y ningún otro medicamento y, así, la población que estudiaron se redujo a unos cuarenta y tres mil pacientes. Ellos aplicaron un algoritmo matemático, con el que buscaron diferencias con poder estadístico en las complicaciones de los riñones informadas, entre pacientes que tomaban fármacos que inhiben a la bomba de protones y un grupo "testigo", con unos ocho mil pacientes, quienes consumían anti agonistas del tipo dos de receptores para histamina y ningún otro medicamento.

Y he aquí sus hallazgos : la frecuencia de reacciones dañinas para los riñones, en pacientes que tomaban sólo inhibidores del extractor de protones fue 5.6 por ciento y la frecuencia de reacciones dañinas a los riñones, en pacientes que tomaban sólo anti agonistas del tipo dos receptores para histamina fue 0.7 por ciento.

Los miembros de ese equipo vieron que la probabilidad de que los pacientes que ingerían, sólo, fármacos que inhiben al surtidor de protones fue 28.4 veces mayor que la probabilidad que vieron en las personas del grupo "testigo" ("control"), para que informaran que padecían alguna enfermedad crónica en sus riñones y alguna lesión aguda en sus riñones (4.2 veces más probable), enfermedades terminales de sus riñones (35.5 veces más probable) y padecimientos no especificados de sus riñones (ocho veces más probable). La probabilidad de que padecieran, además, anormalidades de electrolitos era, también, mayor, en las personas que consumían, solamente, medicamentos que inhiben al extractor de protones, pero variaba más, según cada una de esas drogas, mientras que los efectos concretos sobre los riñones eran los mismos para todas las seis drogas inhibidoras de la bomba de protones que examinaron.

Rubén Abagyan espera que esos datos iniciales estimulen a los médicos, para que brinden las advertencias, la educación y la vigilancia adecuadas para pacientes quienes tengan que ingerir esos medicamentos que inhiben al surtidor de protones, sobre todo, si tienen, ya, riesgos grandes para que padezcan enfermedades de sus riñones y trastornos de los electrolitos. Esos investigadores dieron las mismas recomendaciones que otro grupo planteó, después de que había visto que esas drogas que inhiben al extractor de protones provocan enfermedades crónicas a los hígados de hombres y de ratones, en un estudio de la Facultad De Medicina De La Universidad De California San Diego, en 2017.


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